Leal: Esta generación costarricense tiene mucho talento

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Hasta los 12 años, el fútbol era pura diversión para Randall Leal de Costa Rica. Sus días giraban en torno a jugar en su vecindario de Moravia, recibir elogios de sus amigos por su impresionante nivel y luego regresar a casa a la muy humilde morada de sus padres.

Los cambios se produjeron entonces de forma rápida y profunda para el adolescente Randall. Primero, su padre le dio permiso para probar finalmente con el Deportivo Saprissa, donde tendría que quedarse, y luego se enteró de que habría una adición a la familia.

“Cuando mi hermano vino al mundo, yo tenía 14 años y empecé a jugar en serio. En ese entonces mi mamá tenía 43, entonces el embarazo tenía sus riesgos. Les dije a mis padres que los iba a cuidar a ellos y a mi hermano pequeño, y que iba a esforzarme el doble para mejorar nuestra situación. No éramos una familia con mucho dinero, así que esa fue la motivación para salir adelante», dice en una entrevista exclusiva con FIFA.com.

Y hasta ahora, Leal ha cumplido esa promesa. Y cuando las cosas no van bien en el campo, el jugador de 24 años trabaja incansablemente y se basa en su férrea determinación, haciendo todo lo posible para cambiar las cosas.

No fue una sorpresa entonces cuando la dedicación que mostró en sus años de formación le valió un codiciado traslado a Europa a una edad muy temprana. «Me fui a Bélgica a los 18 años para jugar en el KV Mechelen, donde estuve tres años. El primero fue muy bien ya que debuté y tuve bastante tiempo de juego. Luego me extendieron el contrato pero, una semana después de que firmé, se nombró un nuevo entrenador. Las cosas se pusieron más difíciles para mí y no lo hice tan bien».

«Dicho eso, quería quedarme en el club y seguir aprendiendo. Las cosas que podía aprender allí, no las iba a retomar en Costa Rica, así que me quedé un par de años más. A veces la gente se imagina eso porque vas a Europa, todo es perfecto. Pero no, fue complicado. Y estaba sufriendo en silencio, porque no quería preocupar a mis padres. Sobre todo a mi mamá, porque dijo que limpiaría casas para tener dinero para mí. Sin embargo, mi papá siempre manejó bien la situación y me dio la fuerza para perseverar».

Después de tres temporadas, Leal entendió que era hora de regresar. Los tiempos habían cambiado y era ahora o nunca:

«Quería volver a Costa Rica porque para entonces el equipo había jugado en el Mundial de Rusia y se hablaba de reconstruir y traer una nueva generación de jugadores. Así que quería volver a Saprissa para estar más cerca de la selección nacional. Y fue una buena decisión: lo hice bien cuando regresé y me llamaron para la escuadra de Tico».

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