Año y medio después, ¿qué pasa con el Gobierno de Unidad Nacional?

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Doce días antes de asumir el poder, Carlos Alvarado convocó a la prensa en la escuela Buenaventura Corrales -o Edificio Metálico- para presentar su Gabinete que definió como paritario y multipartidista, recibiendo el nombre de “Gobierno de Unidad Nacional”.

Sin embargo, 549 días después de haber entrado en funciones, el grupo ha perdido a la tercera parte de sus integrantes y acumula diversas críticas por sus acciones u omisiones.

Al llegar al año y medio de Gobierno -el próximo viernes 8 de noviembre- Casa Presidencial sigue defendiendo la idea, mientras la oposición y analistas dejan ver su desilusión.

¿Hay logros?

Desde el Poder Ejecutivo la posición es positiva tras 18 meses de gestión.

El ministro de la Presidencia, Víctor Morales, admite que la administración Alvarado llegó con un apoyo político muy mermado y con una fracción legislativa pequeña, ante lo cual convocar fichas de otras banderas era elemental.

“Queríamos hacer un Gobierno con los partidos pero al final no cuajó, entonces se dio la incorporación de figuras que si bien se vinculan a las agrupaciones, actúan más a título personal”, mencionó.

Como principal logro, Morales destaca la aprobación del Plan Fiscal, que “evitó irse a un despeñadero con una crisis como la de los ochenta”.

Sobre las salidas de algunos ministros, el jerarca dijo que se trata de un proceso normal y destacó que algunas de las sustituciones también se han ubicado fuera del oficialismo y entre independientes.

“Sigue siendo un equipo diverso como la Costa Rica que nos ha tocado gobernar”, concluyó.

Oposición que se desmarca

El Observador conversó con representantes de Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y del Frente Amplio, partidos de donde provienen algunos de los integrantes del Poder Ejecutivo.

Los tres coincidieron en desmarcarse de las acciones individuales de sus militantes y en mostrar su desencanto por el rumbo del Gobierno, sobre todo en el área económica.

Así lo indicó el presidente del PLN, Guillermo Constenla, quien fue crítico con la falta de respaldo que hubo hacia la exministra de Hacienda, Rocío Aguilar.

Constenla defendió que la agrupación verdiblanca no participa como tal de la administración y marcó distancia ante labores de figuras liberacionistas como Dyalá Jiménez Figueres en el Ministerio de Comercio Exterior.

“No confundamos los apellidos con la filiación política”, dijo.

Igual de molesto se mostró el secretario general del Frente Amplio, Antonio Ortega, quien acusó al PAC del haber entregado su trabajo económico a alas más liberales.

Ortega defendió eso sí, la gestión de su copartidaria Patricia Mora al frente del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), que según él se ha dirigido a la población de los estratos más bajos.

Según los analistas la llegada de Víctor Morales a Casa Presidencial representa una oportunidad para reorganizar el Poder Ejecutivo dada su trayectoria como ministro y diputado socialcristiano (Presidencia).

Finalmente, la secretaria socialcristiana Rosibel Ramos reconoció el peso que tuvo en su agrupación la alta participación en Casa Presidencial.

De las fichas rojiazules salieron el ministro la Presidencia, Rodolfo Piza; la de Coordinación Económica, Edna Camacho; el de Obras Públicas, Rodolfo Méndez; y el de Ciencia, Luis Adrián Salazar.

Según ella, hubo voluntad de parte del partido para contribuir en temas fiscales y económicos, pero la administración Alvarado no ha dado el impulso necesario.

“No vemos voluntades y los costarricenses necesitan fuentes de empleo y oportunidades pero no hay ningún cambio y el plan el Gobierno lo está debiendo”, planteó.

Se buscó también a Curridabat Siglo XXI, grupo local de donde provenía Edgar Mora -primer ministro de Educación- pero no respondieron las preguntas.

Las buenas intenciones que no salieron bien

Desde la óptica de los analistas los señalamientos parecen repetirse.

“La necesidad de un gobierno de unidad nacional es fundamental. Tener un Gobierno de diferentes fuerzas hay que reconocerlo, pero hay que ver si algunas de las figuras tuvieron el peso adecuado”, acotó Carlos Carranza, analista de la Universidad Nacional.

En lo particular, el experto analizó el legado de algunas de las figuras más relevantes que pasaron por el Consejo de Gobierno:

  • Rodolfo Piza: el anterior jerarca de la Presidencia no tuvo la proyección correcta para defender los logros que pudo tener.
  • Edgar Mora: en la cartera de Educación no supo diferenciar las estructuras de autoridades locales y nacionales.

Carranza destacó que los jerarcas que mejor han soportado la gestión son los ubicados en carteras más técnicas como las económicas o las de ciencia.

A futuro, el analista plantea que será necesario una mayor coordinación entre el mismo gabinete pero sobre todo entre los partidos.

“Los partidos tienen que tener la madurez de entender que esos acuerdos son necesarios y no decir que la culpa es solo del Gobierno”, concluyó.

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