La pesadilla de cinco adultos y tres menores de edad costarricenses que permanecían en condiciones de vulnerabilidad en Venezuela, acabó este jueves a las 9:08 a.m. cuando volvieron a suelo nacional.
El retorno del grupo se planificó desde julio y requirió de coordinaciones entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Dirección General de Migración y Extranjería.
Según la Cancillería la crisis del país sudamericano había dejando a los ticos sin recursos para subsistir.
La vida que quedó atrás
Entre las historias de vida de quienes regresaron al país destaca la de Marcos Castillo. Fue llevado de niño a Venezuela para estudiar y permaneció allí la mayor parte de sus 53 años.
«Me llevaron a estudiar. Feliz de llegar nuevamente a tierra costarricense. Considero y siento que solo en una democracia se puede vivir bien, una vida estable, una vida con propiedad. Bien», dijo al aterrizar.
También narró sus vivencias Armando Giralt, un vecino de Cartago que desde joven se dedicó al comercio en Táchira, a 18 horas de Caracas.
«Estoy feliz de llegar a Costa Rica. Siento que me han dado un gran apoyo. A todos. Y pensamos hacer una nueva vida. Triste porque no pude traer a mi esposa, por falta de documentos. Ha sido imposible», comentó.
Costarricenses en medio de la crisis
Relaciones Exteriores estima que hay 1.000 costarricenses instalados en Venezuela, muchos de los cuales llevan décadas allí.
Ante el rompimiento diplomático entre Costa Rica y el régimen de Nicolás Maduro, su situación es atendida por medio de la embajada y el consulado brasileño en Caracas.
Cuatro meses atrás, un primer grupo de 9 costarricenses había sido ayudado a salir de la crisis venezolana.
