Acuerdo de París está lejos: delegación tica regresa con sabor amargo de COP25

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Los países que participaron de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), en Madrid, no llegaron a un buen resultado, sobre la negociación para reglamentar los mercados de carbono a nivel mundial y lograr un cumplimiento de la meta soñada hace ya cuatro años, para controlar el incremento de la temperatura del planeta. 

Con esto, el camino para alcanzar lo pactado en el Acuerdo de París se dificulta aún más, al no poder cumplir con el artículo 6 del plan, que entrará en vigencia el año entrante.

c) Contribuir a la reducción de los niveles de emisión en las Partes de acogida, que se beneficiarán de actividades de mitigación por las que se generarán reducciones de las emisiones que podrá utilizar también otra Parte para cumplir con su contribución determinada a nivel nacional; y

d) Producir una mitigación global de las emisiones mundiales

ARTÍCULO 6 – ACUERDO DE PARÍS

Para Carlos Manuel Rodríguez, ministro de Ambiente y Energía (Minae), la COP25 tuvo una débil presidencia. Este lugar estuvo ocupado por Carolina Schmit, actual ministra de Ambiente de Chile. El país suramericano debía albergar la cita, pero por su crisis social debió trasladarse a la capital de España.

En opinión del Ministro Rodríguez, la delegación chilena debió tener una posición más firme en las negociaciones, sobre todo cuando se abrían los espacios a países de grandes economías.

Costa Rica tampoco está conforme con la participación de los que Rodríguez llama «usual sospects» (sospechosos usuales), aquellos países como Estados Unidos, China y Brasil que, con sus actuales gobiernos, han sido detractores de las metas propuestas para luchar contra el cambio climático, y hasta son incrédulos del calentamiento global generado por la actividad humana, como es el caso de Donald Trump y Jair Bolsonaro.

«La COP25 quedó lejos de ser productiva. Nos demuestra que hay países, particularmente los de altas emisiones, que tienen un nivel de ambición bastante pequeño», dijo Rodríguez a El Observador

«Brasil, a lo largo de los años ha demostrado que su interés está por encima del interés solidario de Latinoamérica», manifestó el ministro.

Asimismo aseguró que las posiciones brasileñas y su interés de mantener una economía carbonizada impactan a la región, al entorpecer los intercambios en los mercados de carbono.

«La COP25 nos deja un sabor amargo», señaló Rodríguez. El jerarca resaltó que Costa Rica cumplió un buen papel al defender sus ambiciones y marcar la pauta en negociaciones como la agenda azul (relativa a los océanos).

8. Las Partes reconocen la importancia de disponer de enfoques no relacionados con el mercado que sean integrados, holísticos y equilibrados y que les ayuden a implementar sus contribuciones determinadas a nivel nacional, en el contexto del desarrollo sostenible y de la erradicación de la pobreza y de manera coordinada y eficaz, entre otras cosas mediante la mitigación, la adaptación, la financiación, la transferencia de tecnología y el fomento de la capacidad, según proceda.

ARTÍCULO 6 – ACUERDO DE PARÍS

Retraso en las negociaciones

En la COP21 de diciembre del 2015, las autoridades – incluida la costarricense Christiana Figueres – celebraron el Acuerdo de París. Hoy su implementación es incierta. (Archivo/Unfccc)

La COP25 estaba prevista para finalizar el viernes 13 de diciembre. Sin embargo, aún el sábado los líderes mundiales en la materia ambiental se mantenía en negociación, con los ánimos y las energías por el suelo.

Las negociaciones ahora tendrán que esperar hasta la próxima COP, que será en noviembre del 2020 en Glasglow, Escocia. Un año más llegará, sin reglamentar los mercados de carbono a nivel mundial, y cuatro años desde que se ratificó el Acuerdo de París.

Los textos preliminares del acuerdo sobre el cambio climático no fueron aceptados por gran parte de los líderes mundiales. Al menos 30 países – que Costa Rica lidera – abogan por la declaración de los Principios de San José para una Alta Ambición e Integridad de los Mercados Internacionales de Carbono.

«Cualquier cosa por debajo de los Principios de San José no creará un mercado de carbono justo y robusto. (…) Necesitamos un resultado justo para mantener el objetivo de 1,5 grados a nuestro alcance», indicó el ministro Rodríguez.

Los principios de San José plantean metas más ambiciosas para la reducción de las emisiones de carbono. Es apoyado por Costa Rica, Suiza, Paraguay, Colombia, Italia, entre otros.

Disputa por posición contra Brasil

Aún este domingo, la presidenta de la COP25, ministra de Ambiente chilena, Carolina Schmidt, dio declaraciones. (AFP)

La delegación tica no aterrizó contenta al país. La imposibilidad de llegar a un acuerdo en la temática central de la COP25 y la posición de algunos países como Brasil agrisó los ánimos. 

La activista ambiental y referente en el tema, Mónica Araya, hizo público su descontento sobre la actuación de Brasil en la conferencia internacional. «Brasil contra el mundo. Que vergonzoso. Brasil, la economía más grande de América Latina convirtiéndose bajo Bolosonaro como Estados Unidos bajo Trump», tuiteó.

Araya también aseguró que la COP25 fue «débil» y que confirma la desconexión entre muchos gobiernos y los ciudadanos, por intereses especiales. Según la co-fundadora y directora de Costa Rica Limpia, Brasil mantuvo posiciones obstruccionistas en temas como la reducción de CO2.

El diputado socialcristiano Pedro Muñoz cuestionó si la posición de Araya, que asistió como parte de la delegación costarricense, era la misma que la del Poder Ejecutivo.

El Ministro Rodríguez indicó que Araya asistió como parte de la sociedad civil incluida dentro de la delegación tica, y no forma parte del Gobierno.

La diputada del Partido Acción Ciudadana (PAC), Paola Vegam quien participó de la cita, también se sumó a las voces de descontento por los nulos resultados del encuentro. La congresista destacó los esfuerzos de la delegación tica, pero lamentó las conocidas posturas de Estados Unidos y Brasil.

«La COP25 quedó debiendo en materia de ambición. (…) El grito desesperado de los países más vulnerables (que lamentablemente además suelen ser los más empobrecidos) no fue suficiente», escribió.


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