El incremento de las actividades del narcotráfico en Centroamérica, especialmente en Costa Rica, tiene un efecto directo en las áreas protegidas, según Bernardo Aguilar, portavoz de Landscapes in Transformation in Central America (Litca).
Investigaciones realizadas por la entidad muestran una relación entre los problemas ambientales y las actividades ilegales de los grupos criminales.
Aguilar alertó a la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa que estas acciones están debilitando la administración y la vigilancia en estas zonas naturales.
También advirtió sobre el surgimiento de economías extractivas que ponen en riesgo los recursos de los parques nacionales.
En Costa Rica, la inquietud se centra en lugares como la península de Nicoya, Herradura, Manuel Antonio, Corcovado, Punta Burica, el humedal Térraba-Sierpe, Piedras Blancas, el refugio Golfito e isla del Caño.
“En Osa hay menos deforestación, ya que la degradación causada por el narcotráfico se enfoca en manglares y humedales que se utilizan como centros logísticos”, comentó Aguilar.
Ante esta situación, la comisión legislativa decidió invitar a Franz Tattenbach, ministro de Ambiente y Energía, para que proporcione información sobre este problema que pone en peligro las reservas naturales.
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, valoró estos estudios por resaltar una problemática que, según él, ha sido pasada por alto durante años.
“Las organizaciones criminales operan dentro de parques nacionales y en territorios indígenas. En operativos realizados por la PCD en Talamanca hallamos cultivos ilegales administrados por narcotraficantes”, indicó.
Con información de | Diarioextra.com
Obtén información al instante, únete a nuestra comunidad digital
Síguenos en nuestras cuentas de Redes Sociales Instagram: @costaricanews24